Creo que con una canción la tristeza es más hermosa. Creo que con una palabra puedo decir mil cosas. Pero no creo en el circo de la información. Toda decanta en tu amor y en mi dolor. Creo que es mejor morir de pie que vivir de rodillas. Creo que el viento me alcanzó el olor de tu mejilla. Creo en mi guitarra, creo en el sol (si me cura las heridas), Creo en tu voz. Creo en la vida, en la noche, en tu alma y no creo en todo lo demás. Creo en tu estrella, en aquella que busco en mi sueño mejor para poder luchar.Creo en esas tarde que viví jugando a la pelota. Creo que educar es combatir y el silencio no es mi idioma. Creo en tu sonrisa, creo en mí si te veo hoy y me pedís que no me rinda, sigo por vos.Creo en la lluvia cuando cambiael olor de mi tierra. Creo en el mar cuando amanece abrazándose a las piedras. Creo en los jazmines que un Dios me bajó esa vez, para poder conocerte como mujer.
Este adiós no maquilla un hasta luego ...
este nunca no esconde un ojalá estas cenizas no juegan con fuego este ciegono mira para atrás este notario firma lo que escribo
esta letra no la protestaré
ahórrate el acuso de recibo,
estás vísperas son las de después a este ruido tan huérfano de padre
no voy a permitir que taladre un corazón podrido de latir este pez ya no muere por tu boca este loco se va con otra loca estos ojos ya no lloran más por ti.
si todo es una foto yo quiero estar al lado tuyo... ♪
Me escapé del mundo yéndome al norte, pero otro mundo esperaba allá. Yo arrimé, siempre disparo a mansalva, pero esa piel fue particular. La hacés bien, y aunque te hierva la sangre te encadenas para no llamar. Conozco todos tus trucos, pero aún así me das que pensar. Te guardas el orgullo donde nadie pueda dudar de que lo tenés. Y así vas, sin perder el objetivo, pidiendo dos cuando querés tres. Ya estoy bien, ya me ordené en mi desorden, y aquellas voces no me hablan más. Por favor, mentime y dame la espalda, otra vez no quiero patinar. Y me esperás, más de la cuenta siendo siempre la que yo soñe. Y firme yo, me encierro en que es peor, amar y envejecer. ¿Qué esperás? Mostrame todas las cartas, a cara de perro no sé jugar. Me endulzás, el ego siendo sincero, dale un poco y te va a pedir más. Lo sabés, no hay arma más seductra, que contestar siempre la verdad. Siempre estás, del otro lado del muro de los lamentos que me contás. No sé hablar, sin decir malas palabras: amantes, mentira, infidelidad. Nunca más, te vendo gato por liebre, por no ser cruel, pierdo honestidad. No es el fin, el problema son los medios, no es algo que pueda respetar. No está mal, que termine en las historias, mientras haya historias que contar.
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